Drama en el que una pareja ve alterada su rutina cuando el hijo de él va a pasar unos días con ellos en Tokyo. A partir de una cámara casi escondida en la más incómoda intimidad, de largos planos con la cámara quieta a la expectativa y de acontecimientos tan cotidianos como relevantes, Suwa establece una tensión que sólo explotará en el último tercio del film. Es allí que, con los silencios, las miradas que se cruzan, las preguntas que no se responden y el contacto de los cuerpos, el drama se vuelve más doloroso.