Comedia en la que monsieur Hulot acepta un trabajo en la fábrica de mangueras de su cuñado en Paris a la vez que empieza a pasear por la ciudad con su sobrino. El excelente uso de los planos generales y los sonidos del ambiente adquiere su máximo efecto cómico cuando el protagonista sube a su departamento y arreglan la cañería. Párrafo aparte para el mal gusto de decoración de las casas modernas: el patio con el pescado que tira agua por la boca y la cocina donde todo es automático.