Drama criminal en el que un periodista investiga el crimen de un millonario contra su amante en Savannah en 1981. Adaptación del libro de John Berendt. Entre los excéntricos personajes, el retrato del sur de los Estados Unidos y la veta policial de la historia, el material tiene muchas posibilidades. Clint Eastwood realmente lo disfruta y explota: desde la secuencia de apertura con una canción a capela, pasando por una puesta en escena que es lo más parecido a John Ford, un montaje invisible e imperceptible, hasta un humor con travestis y homosexuales y algunos episodios que traen a la mente a Twin Peaks. Sin embargo la chatura del personaje de John Cusack, el poco aporte de Kevin Spacey, la dinámica previsible de las escenas de juicio y lo apartada que queda la trama del crimen terminan jugándole en contra. Pese a lo mal recibida que fue en el momento de su estreno, el tiempo siempre es benévolo con los films de Eastwood.