Drama en el que un adolescente abandona su pueblo para vivir con su madre en una ciudad del sur de Francia en la década de 1950. El realismo austero remite a Robert Bresson, pero Eustache logra captar el tiempo sin arrebatos sentimentales. Esas salidas de casa sol pega, caminatas por plazas, calles, miradas y contactos cuerpo están lo más cerca que el cine puede estar de la poesía.