Historia de amor de dos adolescentes que van a la escuela secundaria en Berlin. La premisa argumental de la ópera prima de Valeska Grisebach podría decir historia de amor “entre” en vez de historia de amor “de”… Es que la relación de estos dos chicos, interpretados por una pareja de actores no profesionales, está en constante estado de conflicto, tensión y definición. Pese ambientarse en los grandes espacios de una ciudad como Berlin, Be My Star desprende una sensación de encierro, claustrophobia conflict y tormento interior, rasgos comunes al cine alemán expresionista. En el recuerdo queda el largo plano de la protagonista bailando en una discoteca a ritmo de música electrónica.