Comedia de ciencia ficción en la que el planeta Tierra es invadido por marcianos en Estados Unidos. Burton parodia la ciencia ficción de la década de 1950 y satiriza el american way of life en un producto sin pretensiones. La colección de gags a partir de la multiplicidad de personajes y de un fino hilo narrativo convierten al film en la respuesta poco seria a Independence Day (1996). La delirante concepción de los marcianos como hombrecitos verdes de rostros cadavéricos, malignos sin razón, con un idioma inentendible, que andan en calzoncillos y les gustan el sexo y las drogas, genera más simpatía que los humanos. Igualmente, los ataques con armas láser que convierten en cadáveres, las apariciones sorpresivas y el final algo excesivo tienen una crueldad que quiebra el tono distendido. Aunque los $60 millones de presupuesto y el reparto plagado de estrellas pueden atentar contra las expectativas del producto. Tal vez no sea la opción más apropiada para Burton después de un film como Ed Wood (1994), pero hay que tomarlo como lo que es, un film de ciencia ficción de clase B sin pretensiones.