Drama en el que una actriz de Hollywood y una familia son acosados por los traumas del pasado en Los Angeles. David Cronenberg filma por primera vez en Estados Unidos y se mete de lleno en esa fábrica de sueños y pesadillas que es Hollywood. La película es una rareza por su tono satírico, el drama incestuoso de dos familias, la aparición de fantasmas, los excéntricos personajes y una violenta resolución. Pero aún así es una película típicamente de Cronenberg, en un ambiente de por sí extraño. Nuevamente confirma el hecho de que nunca dejó de hacer cine de terror. La única diferencia es que ahora lo hace desde otro lugar. Lentamente el film va adquiriendo una atmósfera perturbadora gracias al personaje de Mia Wasikowska, una especie de símil del de Marylin Chambers en Rabid (1977).