Drama en el que un empleado de mantenimiento de un edificio debe cuidar de su sobrino adolescente ante la muerte de su padre en un pueblo de Massachusetts. Como todo guionista/escritor Kenneth Lonergan piensa primero en palabras que en imágenes. Y eso lamentablemente se nota en el film. Una película sobre un hombre con culpa por un accidente que no pudo evitar es descalificable inmediatamente desde el punto de vista argumental. Pero todo es una gran decepción en el film: Manchester no es Manchester, Michelle Williams sólo aparece en tres escenas, la utilización de la música, Casey Affleck en plan de actor contenido… ¿Para qué seguir?