Comedia romántica en la que en un hombre es convencido de que haga pasar su intento de suicido como una muestra de amor para la cantante de un programa radial musical romántico en Buenos Aires. La película tiene un arranque genial que se burla de las comedias blancas. Como en Renoir, los triángulos amorosos en realidad tienen cuatro vértices. Pero pierde envión con el paso de los minutos. Los aportes cómicos del personaje del poeta interpretado por Héctor Quintanilla no alcanzan. El guiño cómplice del final termina siendo demasiado explícito.