Comedia dramática en la que el gerente de una cadena de almacenes debe hacerse cargo de sus tres hijos cuando su esposa se va repentinamente de vacaciones en Buenos Aires. La película busca la complicidad del espectador en todo momento. El arco narrativo es tan previsible (las dificultades con el lavarropa, la primera menstruación de la hija adolescente, las dificultades para cumplir con los horarios de los chicos) que los guionistas se ven forzados a escribir chistes en todas las escenas. De más está decir que el porcentaje de acierto queda a criterio de cada espectador. El mundo paralelo en el que se desarrollan las películas de Winograd, desde la cadena de supermercados donde trabaja el protagonista hasta el hecho de perder el trabajo que no supone ningún drama, choca con la cotidianidad de algunas situaciones. La película termina siendo presa de su incapacidad de buscar cambios. Diego Peretti es un actor que puede soportar la afrenta, pero los personajes de los chicos terminan siendo más molestos de la cuenta. Algunos chistes acertados para rescatar: la descripción del término milf, la fuga de la amiga del hijo de la habitación y el nombre del personaje de Piroyansky (Di Caprio).