Comedia dramática en la que una viuda que cuida por el futuro de su hija visita a su hermano casado en Inglaterra en la década de 1790. Stillman no quiere dejar pasar otros trece años entre películas. Acepta una adaptación de una novela corta de Jane Austen todavía no llevada al cine. Si en un principio la combinación de Stillman y Austen tiene sentido, Metropolitan (1990) ya se inspiraba en una de sus obras, en este caso el corsé de época y la corrección british destruyen todo el atractivo. La participación de la pareja protagonista de The Last Days of Disco (1998), Kate Beckinsale y Chloë Sevigny, sólo es un guiño autorreferencial. Cierto artificio creado a partir de los planos que presentan a los personajes o la utilización de la música rápidamente queda olvidado. La exageración de la torpeza de uno de los pretendientes de la protagonista como comic relief queda como una nota monocorde. Es cierto que seguir fielmente la novela epistolar e incompleta de Austen no ayuda, pero la película queda como una versión insulsa y descafeinada de Les liaisons dangereuses (1782). A propósito, en Francia en ese mismo momento estaba cortando cabezas a personajes como los que vemos en esta película.