Drama en el que opositores del gobierno son secuestrados y torturados por un grupo parapolicial en Buenos Aires a principios de la década de 1950. Basado en casos reales. Más allá de la veracidad de los hechos, el film es exploitation en su concepción más pura y vil. Más que sobre los torturados, el film es sobre los torturadores. No deja de ser paradójico que los carteles de la introducción clamen por la democracia cuando se trata de una película amparada por un gobierno militar. Y ya que se tomaron el trabajo de hablar con nombre y apellido de las víctimas, ni si quiera se mencione a los anteriores gobernantes de turno.