Aventura en la que cinco jóvenes delincuentes escapan de un reformatorio y vagan por los campos de Mendoza. Otro de los directores de El amor (primera parte) (2004) debuta en la dirección con un film pretencioso que por momentos cae en el ridículo y lo ignorante para engrosar la cara más cínica y pedante del nuevo nuevo cine argentino. A partir de unos primeros planos que desconocen todo sentido de la acción y la situación, y por ende del realismo, la película arruina una premisa que se insinuaba atractiva y el acercamiento al género fantástico es incapaz de conciliar los mundos.