Comedia en la que un psicoanalista atiende a un excéntrico grupo de pacientes en Buenos Aires. El film es un deliro pop psicodélico que hace un impresionante despliegue visual. Se nota la influencia de las comedias de Frank Tashlin, incluso el parecido de Norman Briski con Jerry Lewis es notable. Sorprendentemente el artificio se sostiene porque las excentricidades de los personajes están al mismo nivel que las licencias visuales y porque la duración de las escenas es la justa. Ah, y David Lynch en Twin Peaks: Fire Walk with Me (1992) no inventó los subtítulos para una escena en un boliche con la música a tope.