Comedia dramática en la que un grupo de amigos que viven en una pensión planean estafas y robos en Buenos Aires. A partir de unos excelentes diálogos y personajes. Martínez Suárez muestra un aspecto casi mítico de los personajes, los lugares y las situaciones de Buenos Aires. La fotografía de la terraza, ese edificio en construcción abandonado rescatan la melancolía porteña hasta límites insospechados, más allá del parecido de Norberto Aroldi con Jean-Paul Belmondo. Pese a estar en registro diferente a Soñar, soñar (1976) de Leonardo Favio, el film comparte cierta mirada nostálgica hacia una época que se acercaba a su fin que no es tan dolorosa.