Drama en el que un empleado de seguridad es traicionado por su mujer en Helsinki. En Kaurismäki los personajes grises, el humor cruel y la rutina asfixiante se convierten en héroes anónimos, humanismo y bella poesía. El film no hace concesiones en cuanto a la historia (un camino hacia un abismo sin retorno), a los personajes (mantienen una postura inflexible en todo el relato) y al estilo (la planificación geométrica, el uso del color, los planos largos). Pero encuentra en una sola imagen (la mano que se extiende) un sentido más profundo que cualquier palabra o discurso, una forma única de duplicar el sufrimiento y revertir el dolor de todo lo visto. La utilización de los tangos Volver (al principio) y El día que me quieras (al final) establece un particular estado de ánimo. La coartada genérica del film noir aprovecha la presencia de un atraco y una femme fatale. La historia de amor no correspondido se sostiene en una obsesión ciega que niega la realidad. El uso de los colores en la fotografía (azul, verde, rojo, amarillo) refleja los estados emocionales primarios. Kaurismäki es uno de los pocos idealistas que quedan en el cine. Sus films se hacen cada vez más extremos y dolorosos.