Drama en el que un director de cine viaja con su hijo a una zona donde hubo un terremoto en el norte de Irán en 1990. Más allá del guiño autobiográfico y de una línea narrativa más tenue, Kiarostami explora el tiempo y el espacio con una simpleza admirable. Entre los escombros, los travellings y las panorámicas abandona el relato en el momento justo, cuando la vida continúa.
