Cuento de misterio en el que un coleccionista evalúa la posibilidad de la pérdida de un cuadro de un pintor del siglo XIX en un museo de Paris. Ruiz usa las voces superpuestas de dos narradores, unos cuadros vivientes recreados, la interpretación minuciosa e historias que se imaginan para hacer una lúcida reflexión sobre el cine y la pintura.