Comedia en la que monsieur Hulot va de vacaciones a la playa en Francia. Parece mentira como algo tan simple como la utilización del plano general, limitar el diálogo a lo mínimo y sólo observar pueda resultar tan fascinante. Así, las imágenes y los sonidos alcanzan el grado de lo maravilloso: la canoa se dobla y la puerta quieta hace ruido.