Drama en el que un ingeniero va a Tánger por un trabajo y trata de recuperar a la mujer que fue su primer amor y que no ve hace 30 años. Unos diálogos aceitados, unos personajes bien definidos, una ambientación seductora y una historia con varios matices son tratados con la habitual distancia (casi indiferencia) de Téchiné. Más que quitarle impacto emocional, potencia visual o fuerza a las relaciones, lo que plantea es una reflexión sobre estos tiempos. Que temas o situaciones delicadas como la búsqueda del amor, la decisión de mudarse o la posibilidad de estar fuera de la ley sean un engranaje más de la rutina diaria hace pensar sobre el sentido de la vida contemporánea, ya no guiada por un ideal, sino como una manera de evitar el malestar y de ser completamente funcional al sistema. Tal vez al film le falte desarrollo a las historias y a los personajes paralelos, y fuerza a la historia de amor entre Depardieu y Deneuve. Pero esa no es la intención de Téchiné, sino que es más bien el producto de una mirada tan abarcativa y distante. El cine de Téchiné sigue sin maravillar, pero mantiene cierta coherencia y rigor.