Drama en el que un camarógrafo bisexual HIV positivo muere en Paris a fines de la década de 1980. Collard nos ahorra un film lacrimógeno y se decanta por un melodrama vibrante y acelerado sobre los últimos años de un enfermo. Que el propio director y protagonista se esté muriendo al mismo tiempo le agrega al film un grado de autenticidad imposible de conseguir de otro modo. La película no es perfecta. Hay escenas que carecen de sentido, el punto de vista narrativo no tiene mucho rigor, las actuaciones son irregulares (en especial las del propio Collard), pero son cuestiones menores dada la naturaleza del producto que hace un retrato vibrante de la época y una apuesta siempre por la vida sin necesidad de justificarse. La velocidad con que el protagonista conduce su auto mientras se filma es un indicativo de su personalidad.