Policial en el que un fotógrafo francés se involucra en la resistencia contra la guerra de Argelia en Ginebra. El film es una inmejorable oportunidad para Jean-Luc Godard de jugar con el montaje (en todo momento hay una sensación de vértigo hacia lo nuevo) y los géneros (parodiando el policial de clase B americano). A la vez que traza un paralelismo entre la historia de amor del protagonista con una joven modelo y la tortura realista que sufre cuando lo capturan (cuya resolución es categórica).