Policial en el que un juez incrimina a un vagabundo acusado de matar y violar en Francia en la década de 1890. El problema de Tavernier es que racionaliza demasiado el guión en cuanto a la anticipación, los efectos y las consecuencias. Así, las intenciones quedan demasiado expuestas. Las actuaciones en constante estado de irritación, la porción de la realidad que elige y la agenda de temas importantes no pueden aportar mucho.