Comedia dramática en la que un ladrón escapa de prisión y se involucra en la revolución contra las autoridades austríacas en el norte de Italia en 1848. Argento adopta algunas rasgos visuales y posturas ideológicas del spaghetti western: ralentiza la violencia, desmitifica la revolución y el protagonista no juzga ni acepta. El principal problema es que el viaje del personaje tiene altibajos dramáticos y el humor parece fuera de lugar. Por lo que la conclusión da la impresión de ser demasiado facilista.