Policial en el que un criminal se escapa de prisión y busca refugio en la casa de un mafioso retirado a las afueras de Paris. Alain Corneau trata de conciliar las dos formas del film criminal: el policial y la película de mafiosos. De allí que ya desde la secuencia inicial monte el paralelo de la fuga de la prisión con la vida cotidiana del gangster retirado. El film es una especie de gran resumen y condensación de la primera etapa como cineasta de Corneau. En ella se ve la influencia de Jean-Pierre Melville. Pero no alcanza el realismo que se propone y la estilización se queda un poco corta, más allá de que al final todo más o menos cierra. Gérard Depardieu se pasa toda la película gritando o disparando (y cada tanto visitando a su pequeña hija). Catherine Deneuve está en plan decorativo, aunque su muerte escapa al lugar común. Yves Montand toma las riendas del asunto en la resolución.