Melodrama en el que un carpintero felizmente casado inicia una relación con otra mujer en Hauts-de-Seine. A partir de una fotografía de una belleza irreal y del marco idílico en el que transcurre la acción, Agnès Varda traspasa la mera ironía del título y evita la mera sátira de los rituales burgueses. La película cuestiona los límites artificiales sobre los que sostienen las ideas de familia, amor y felicidad. El resultado es un fascinante híbrido entre la nouvelle vague y el melodrama clásico.