Drama criminal en el que tres adolescentes planean robos a solterones ricos utilizando a la chica como carnada en Paris. Tavernier practica una relectura del esquema del policial en los tiempos del consumo robado y la juventud autosuficiente. Llega casi a la raíz del problema. En las dos muertes se destaca el punto de vista que asume Tavernier: off visual con el afuera de la situación (sólo se escuchan los gritos y gemidos) y ruptura del eje del verosímil con las imágenes de fondo de un clip. Si bien los crímenes que cometen los adolescentes son horrorosos, sólo toman conciencia después.