Policial en el que un matrimonio recién cassado se muda a un barrio de Los Angeles patrullado por un agente híperactivo. Neil LaBute trata de hacer un remake indirecto, ya sea de Body Double (1984) o de la figura que ha cobrado Samuel L. Jackson en los últimos años. El problema es que los diálogos a toda velocidad y en dobles direcciones dejan a la película en el vacío sonoro y narrativo. No funciona como comedia, como drama o policial. Algo que no creo que le importe demasiado a LaBute, siempre encargado de cerrar algún pequeño ciclo cómico, en anónimo y sin reconocimiento de la crítica o del público.