Drama en el que una viuda trata de convencer a la amante de su esposo de que murió por su culpa en Paris. Doillon trata de jugar con la luz y el encuadre explotando el contraste de las dos actrices entre la seducción y la inteligencia. Pero queda preso del exceso de texto y diálogo y de un pasado carente de entidad. El resultado es demasiado frío y abstracto.