Drama erótico en el que una mujer perdida va a parar a la casa de un junquero en el delta del río Paraná. La película es todo un hito en el cine exploitation (no sólo argentino). El film no escatima dosis de violencia, sexo y locura. El excelente trabajo de fotografía (en blanco y negro) y el ritmo que adquiere la acción en la segunda parte establecen un parentesco entre Bo y el cine de Russ Meyer. El discurso moral/religioso y la aparición divina sobre el final no pueden ser tomados en serio, pero acentúan la sensación de delirio.