Drama en el que dos amigas de la infancia se reencuentran luego de estar distanciadas en Paris. Corsini explora una relación más obsesiva que amorosa, más enfermiza que lésbica, a parir de las diferencias y las similitudes de las protagonistas y el teatro como telón de fondo. Encuentra en la imitación de un modelo ideal y en la manipulación emocional el dilema de las relaciones de amor-amistad: ninguna de las partes puede salirse de sí misma, sino que busca reafirmarse. Si por momentos coquetea con el modelo de Single White Female (1992), con un intento de suicidio, la vulnerabilidad y la crueldad, los personajes nunca caen en el maniqueísmo. El film sutilmente incluye apuntes profesionales, familiares y sentimentales que enriquecen la relación y lo llevan a un terreno más complejo. Un puñado de escenas, la pelea con el novio mentor director, la confesión del motivo del intento de suicidio y la separación del esposo que le recrimina, desprenden una crudeza y crueldad poco habitual. La resolución deja un incierto final abierto para una historia que no tiene fin. Corsini entra en las ligas mayores (competición oficial en Cannes) con un producto incómodo pero difícil de ser ignorado.