Drama en el que un aspirante a director de cine hace una película sobre su familia en la región bretona. Miller toma una obra de Chekhov, la ambienta en el presente, cambia el teatro por el cine, respeta la idea original, pero sólo como un pretexto menor. En ningún momento esconde los excesos de la artificialidad y el melodrama, pero aún así mantiene el atractivo. Se apoya en un excelente reparto: Ludivine Sagnier tiene una expresividad natural, Nicole Garcia, una sobriedad notable, Bernard Giraudeux escapa al cliché y Julie Depardieu carga con el peso del sufrimiento. Tal vez sólo Robinson Stévenin desentona. Pero a partir de la segunda parte el film toma algunos cambios drásticos que el tiempo restante de metraje no alcanza para desarrollar. Por lo que el final del rodaje de la película se desentiende de los dramas personales. Igualmente quedan algunas escenas valientes como cuando ella lo llama en su cumpleaños que son representación pura. Film algo desbalanceado, pero finalmente fallido porque queda a mitad de camino de lo que se propone.