Cuento de terror en el que dos chicas que sufren un extraño caso de amnesia tratan de escapar de una clínica clandestina en Francia. La nuit des traquées tal vez sea la obra maestra de Rollin. El film combina las virtudes de dos de sus mejores trabajos, Requiem pour un vampire (1971) y Lèvres de sang (1975), sosteniendo esta vez la atmósfera durante todo el relato y agregando una dimensión afectiva. Por primera vez en su cine las referencias son más explícitas: Un condamné à mort s’est échappé (1956) de Bresson, Shock Corridor (1963) de Sam Fuller y Shivers (1975) de Cronenberg. Y sus influencias se dejan ver también en el cine contemporáneo: Cube (1997), Memento (2000) y Das Experiment (2001). Jean Rollin conserva la plenitud de su démarche: la fascinante e hipnótica búsqueda estética, la austeridad formal no sólo consecuencia del bajo presupuesto y la afición genérica por los desnudos y la sangre, que lo confirman como una de las voces más personales y vanguardistas del cine fantástico de la segunda mitad del siglo XX. A través de sus zombis, conscientes de su inconsciencia, logra una de las imágenes más bellas de su obra (las protagonistas caminando con la mirada perdida) y llega a una concepción metafísica del amor como simple atracción de los cuerpos.