Film de acción en el que un agente de la DEA se infiltra en una organización de narcotraficantes en un país ficticio de Sudamérica. Olivera se aplica como director de unas de las coproducciones con Roger Corman para el mercado americano. Pero el tema, la ambientación, el idioma y la presencia de Federico Luppi y Rodolfo Ranni habilitan también el estreno local. El problema de la película es que el escenario se agota una vez que los personajes y los conflictos quedan presentados. El film se construye en el cliché, pero no logra asumirlo del todo.