Comedia dramática en la que un fotógrafo se plantea la misión de desenmascarar a quienes hacen el mal en un pequeño pueblo de Sicilia. Resulta evidente que el film no quedó terminado y fue estrenado cuatro años después de su rodaje sin el consentimiento de Rossellini. Peca de una inocencia y de unos baches narrativos estrepitosos. Más allá del prólogo y el epílogo que muestra a unas manos que disponen de los personajes y del retrato satírico de políticos y religiosos, es poco lo que se puede rescatar.