Drama en el que un hachero realiza su jornada de trabajo en un bosque de La Pampa. A partir de una casi total ausencia de diálogos, de largos planos con la cámara fija, del gusto por la contemplación de las imágenes y de la independencia narrativa, Alonso destruye la noción de tiempo habitual en el cine, se sumerge y también se pierde en el espacio. De fondo hay un excelente uso de la ironía, ya sea por el título, la referencia al capitalismo o la secuencia de créditos con música electrónica.