Drama en el que una chica huérfana escapa de su tío abusador y va a parar a una comunidad de gitanos en el campo. Si bien Renoir reproduce la historia de su film anterior ya empieza a desarrollar un estilo más poético: la secuencia del sueño – pesadilla resulta inolvidable, se adelanta Epstein en el uso del ralentí, introduce un humor más consciente y los primeros planos tienen toda la fuerza expresiva.