Drama en el que un hombre queda atrapado entre su esposa y su amante porque no quiere abandonar a ninguna de las dos en una ciudad de Francia. A partir de un planteo directo de la crueldad, un extraordinario trabajo sobre el espacio, del cuerpo como eje del conflicto y el minimalismo de la puesta en escena Doillon evita los excesos y la condescendencia del plateo y bordea con acierto la locura.