Drama en el que un inmigrante tunecino llega a buscar trabajo en Paris. Abdellatif Kechiche hace una apuesta por el realismo fabulador, aborda el tema de la inmigración y se acerca al romanticismo crudo. Si el planteo suena ambicioso, la resolución no puede ser más simple o la factura más clásica, Les enfants du paradis (1945). Tal vez tal vez haya logrado lo que la generación de Leos Carax y Jean-Jacques Beineix intentó pero falló: hacer uno de los más bellos films de amor de principios del siglo XXI. Gracias a la precisión del gesto, la iluminación limpia clara, la puesta en escena es fluida. Sólo cierta suspensión artificial del tiempo antes del cambio de situación empaña el engranaje narrativo.