Drama en el que un padre soltero comparte su departamento con una joven en París. Ferreri hace un retrato del macho francés con ciertos aires de Bertolucci y Ultimo tango a Parigi (1972) que se confunden con sus provocaciones habituales y una puesta en escena nada preciosista. La incomodidad latente entre la tensión de la pareja protagonista y la presencia del niño es rematada con un final cercenante (la única manera de superar la dependencia que tiene el protagonista).