Drama musical en el que una compañía de circo recorre la Argentina a fines del siglo XIX y principios del siglo XX. El film no logra articular la variedad de los shows representados por la compañía (que pasan de números de circos y las canciones a los espectáculos gauchescos) con la dinámica del musical de detrás de escena. Los personajes chatos no permiten profundizar los dramas, los celos y las tragedias de esta troupe ambulante. Aun así, Hugo del Carril se luce como cantante, actor y bailarín. En el final la película ensaya un acercamiento autorreflexivo al cine dentro del cine que al menos resulta curioso.