Comedia dramática en la que una adolescente se cambia de colegio a mitad de año y se enamora de su profesor de italiano en un liceo de París. Honoré adapta libremente la novela de Madame de La Fayette, La princesse de Clèves (1678), y más que un ejercicio de anacronismo o de readaptación al molde de drama juvenil, el film explora el romanticismo del material con la estética de la nouvelle vague que ya aparecía en sus films anteriores, Dans Paris (2006) y Les chansons d’amour (2007). Más allá de la presencia de Louis Garrel cada vez más parecido a Jean-Pierre Léaud, del constante uso de la cámara en mano y del realismo de la ambientación, cierto aire de telenovela se cuela en la estructura narrativa. De la novela original toma sólo la confusión por la carta de amor no firmada. La inclusión de las canciones y la música ya devienen un leitmotiv en la obra de Honoré. Algunos hallazgos como la separación filmada con el frío vidrio en el medio, la corrida en el último encuentro de la pareja, el ofrecimiento de la mitad de su cuerpo que hace la protagonista a su novio y el momento en que abandona la clase al escuchar la ópera están entre lo mejor de la película.