Biopic del entomólogo Alfred Kinsey (1854-1956) que dedicó toda su vida al estudio de la sexualidad masculina en New Jersey. Más allá del tema atractivo y el abultado reparto la película no deja de ser una biografía de Hollywood. Lo molesto es el yo soy “padre represivo, esposa comprensiva, profesor anticuado, estudiante inquieto…” con que se presentan todos los personajes y la sensación de rigidez que ni la adaptación de Bill Condon consigue superar. Porque es sabido que el cine americano es incapaz de hacer un film franco sobre la sexualidad para adultos. Sólo las mentes tacañas de la academia (una nominación para Laura Linney como actriz de reparto) pueden celebrar la sordidez olvidada de algunos momentos.