Drama criminal en el que dos amigos abandonan la escuela secundaria en Japón, uno para ser boxeador y el otro para convertirse en yakuza. El film confirma a Kitano como uno de los mejores directores que utiliza la elipsis en el cine: en las pequeñas secuencias (la broma en la ventana) y a gran escala (la ausencia de los padres). La película combina hábilmente el realismo (las escenas de boxeo, más allá de algún ralentí) y la comedia (los pequeños episodios característicos de Kitano).