Drama en el que un inmigrante griego llega a un barrio de Munich y un grupo de jóvenes lo desprecian. Fassbinder realiza un ejercicio extremo en la estética del teatro de Bertolt Brecht en cuanto a una puesta en escena, unas actuaciones y unas situaciones llevadas al límite y utilizadas como herramientas de cambio. Si la juventud de la postguerra pasa sus días en mecánicas sesiones de sexo, contando chismes del otro y hablando de dinero, no hay salida.