Comedia dramática en la que un joven músico de peinado imposible busca triunfar en New York. Los desbalances entre la ambientación kitsch y el ritmo narrativo pausado generan una indefinición en la película. DiCillo no sabe si está haciendo una sátira, una parodia o contando una historia de amor. Emparentarlo con David Lynch por sus escenas oníricas, la referencia a la década de 1950 y el aspecto del protagonista es un despropósito. En su ópera prima no pasa de una mezcla descafeinada de Jim Jarmusch, Hal Hartley y Gus Van Sant.