Comedia dramática en la que un publicista pierde a su esposa en el parto y debe reconstruir su vida con su hija en New Jersey. Que Kevin Smith ha dejado de ser un cineasta independiente y que los años le han quitado el vigor de la juventud se sabe hace rato. Que el film haya retrasado su estreno debido al fracaso de los avatares de la pareja Affleck y Lopez no inspiraba mucha confianza. Pero la película recoge algunas temáticas del mejor trabajo de Smith, Chasing Amy (1997), en cuanto a asumir las responsabilidades, las contradicciones morales del amor y el trasfondo católico. Smith sigue mostrando virtudes (los diálogos, la dirección de niños, la insersión del humor escatológico) y defectos (la nula preocupación por el montaje, la pésima utilización de las canciones) que siguen acentuándose con el paso de cada película en un proceso irreversible. En el reparto Ben Affleck muestra su incapacidad como actor de los últimos siete años, la niña Raquel Castro se destaca por su naturalidad y una belleza que poco tiene que con los niños de publicidad, Jennifer Lopez por suerte sólo aparece los 15 primeros minutos del film, Liv Tyler aporta frescura (lástima que el papel es más corto de lo que prometía), George Carlin se lleva todos los aplausos como el padre del protagonista y Will Smith hace su mejor aparición en una película interpretándose a sí mismo. La resolución encuentra un amor superior al del hombre y la mujer en el del padre y su hija. Si nos abstraemos de sus inicios y lo comparamos con sus colegas de Hollywood, tal vez podamos disfrutar de esta nueva faceta de Kevin Smith.