Comedia en la que dos amigos de New Jersey viajan a Hollywood para evitar que se haga una película sobre ellos. Smith entra de lleno en la gran industria con una comedia de humor burdo y reiterativo, pero en sus propios términos: parodiando a Hollywood con un collage de sus personajes. Es como si apuntara al público de las American Pie (1999), los hermanos Farrelly, las parodias de Scary Movie (2000). El resultado es ligeramente simpático, aunque queda claro que Smith puede hacer cosas mejores que repetir el mismo chiste por 100 minutos. La colección de chistes es una sucesión insoportable de mamadas, lamidas, porros, lesbianas, homosexuales y fornicaciones que nunca fue tan inofensiva. No quedan bien parados Gus Van Sant, Ben Affleck, Matt Damon (que asumen el robo) y Miramax en un ejercicio tan autoindulgente. En cuanto a la pareja protagonista ya Dogma (1999) dejó en claro que no puede llevar el peso del relato. Will Ferrell pocas veces es capaz de adaptarse a una historia o personaje y sólo hace las mismas payasadas. Un párrafo aparte merece la banda de ladronas disfrazadas (Eliza Dushku necesita irse a Europa) y la elaborada secuencia del gas que sirve como cometario del uso efectos especiales digitales. Kevin Smith sigue sin tomarse en serio y demostrando amor por las cosas que le gustan. A la espera estamos que abandone estos personajes y que los films que siempre cita no sean su verdadero gusto.