Tercera parte de It’s Alive (1974) en la que los bebés mutantes asesinos ahora están recluidos en una isla desierta del Caribe. A partir de unos personajes extravagantes , los diálogos delirantes y los constantes cambios de ritmo y de escenario, Cohen lleva el encargo de una nueva secuela a su terreno (la comedia de serie B). La aparición de unos cubanos que ayudan al protagonista resulta genial. Claro que las fallas de continuidad y los flojos efectos especiales no ayudan a las perspectivas comerciales del film.