Cuento de terror en el que un científico toma un trabajo en una corporación y es tentado a ingresar a un exclusivo culto satánico en California. Los productos televisivos, con su puesta en escena pedestre, pueden funcionar al nivel del guión, ya sea por sus posibilidades metafóricas o por sus ideas delirantes. En este caso la efectividad de la parábola, con la insistencia en signos que remiten al confort, la tecnología, la decoración de la casa y el hedonismo, expresa el verdadero infierno de la década de 1980.